Johnny Sails in the Seas, el grupo de Ibiza que surgió del confinamiento

Los cuatro músicos acaban de presentar en un hotel su nuevo repertorio de versiones

Johnny Sails in the Seas es un nuevo grupo musical formado por cuatro personas que, gracias a la pandemia, decidieron juntarse para empezar a hacer música. Este grupo lo componen Juan Pucher, guitarrista y cantante residente en Ibiza; Xavier Torras, director musical de espectáculos como ‘Mamma Mia’ o ‘Anastasia’; Fani Fortet, percusionista, y Raquel Quiroga, violoncello.

La aparición del grupo no puede entenderse sin la pandemia. «El confinamiento me dio tiempo y la voluntad de crear un proyecto artístico propio», explica Juan Pucher. «Cada uno de nosotros estaba centrado en un proyecto diferente. Yo, por ejemplo, estaba centrado en mi empresa de confección de velas para barco», añade.

Respecto a sus compañeros, estos estaban tocando en distintos lugares de la Península, pero la crisis del covid y la suspensión de las actuaciones en vivo por la pandemia les dejó a todos sin trabajo y los cuatro se acabaron juntando.

La banda se ha especializado en covers, y en ella la mezcla de guitarra, voz, violoncello, piano y percusión da un tono más acústico a canciones originales de pop rock, indie, temas de musicales y de películas. En otras actuaciones incorporan también el violín y el saxofón.

Algo que tienen en común todas estas canciones es la vinculación con el mar. Incluso el nombre del grupo es un juego de palabras relacionado con esto, que traducido es: Johnny navega por los mares.

En cuanto al grupo, «la unión es total», afirma Pucher, ya que los cuatro tienen los mismos gustos musicales, «aunque cada uno con sus propias particularidades», matiza. «Al trabajar con un mismo rumbo, no sentimos como una familia», añade.

Ayer por la noche, el grupo estrenó su nuevo repertorio en el agroturismo Can Lluc, en Sant Rafel, en el que ha sido el primero de varios conciertos que ofrecerán a lo largo de este verano en distintos locales de la isla. Como señala Juan Pucher, aunque incierto, «es un comienzo».

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