Estilo y actitud. Los clubs de playa que salpican el litoral pitiuso se han convertido en el mejor escenario para disfrutar de la magia de la moda, ese acto de creación personal que tan bien refleja la transformación y el cambio
El cambio que está experimentando Ibiza es uno de los temas más recurrentes del verano. La globalización acercó este paraíso mediterráneo a los confines del mundo, las autovías trajeron los coches de lujo, cuyos usuarios demandaban grandes hoteles donde alojarse y restaurantes de categoría mundial. Bajo la comanda de atraer a un turismo de calidad, eufemismo de un turismo de alto poder adquisitivo, las instituciones dirigieron sus campañas promocionales a mercados emergentes con una clase alta ávida de nuevas experiencias y mucho dinero para gastar. Con las infraestructuras pertinentes, la isla estaba preparada. Llegaron los rusos, luego los americanos y más recientemente los brasileños, venezolanos, colombianos… Un cambio que es visto desde posiciones encontradas y que tiene en la moda su espejo más nítido y divertido.
Sofisticación, esa es la palabra clave para definir el dress code del beach club. Atrás quedó la práctica del topless, que junto a sus personajes libres y excéntricos, hicieron famosas las playas de Ibiza en la década de los 80. Lo que un día se impuso como una moda y seña de identidad en la isla de la rebeldía y la libertad, dejando estampas icónicas como las fotografías del artista Toni Riera o aquellos día de fiesta y frenesí en la playa de ses Salines, es hoy un gesto minoritario reservado a nostálgicos, almas hippies y naturistas de corazón en calas impermeables a los dictados de la moda y la transformación.
Trajes de baño de una pieza en colores neutros y tan sexis que una foto con la luz y pose adecuadas desde una playa de Ibiza hará arder Instagram, originales triquinis que se adhieren al cuerpo como una segunda piel, dos piezas de estilo deportivo que tanto deben a Alexander Wang y bikinis de croché como los de la diseñadora turca afincada en Nueva York Ipek Irgit llenan de estilo y color este verano nuestros magníficos beach clubs.
Concebidos para vivir largas y placenteras jornadas al sol, socializar en un ambiente cosmopolita, disfrutar con los amigos, hacer contactos y bailar, los amantes de la moda hacen en los beach clubs de Ibiza gala de estilo, ingenio y actitud con combinaciones ganadoras y outfits inspirados en las pasarelas de la moda de Paris, Londres y Nueva York, aportando glamour, belleza y modernidad. Hay tantos estilos como personalidades y tendencias, reunidos por una serie de códigos insalvables que dan forma a una especie de narrativa del vestir en el beach club.
1. Sombrero. Paradójidamente el sol es el peor enemigo para la piel. El rostro si queda cubierto, mucho mejor. 2. Gafas de sol, preferentemente con cristal satinado, de formas originales que combinan la pasta y el metal. 3. Kaftán, vestido largo abierto o blusón de un tejido volátil y transparente. Debe fluir al caminar. 4. Joyas delicadas decorando sutilmente la piel y aportando un punto de luz. El oro y las plumas, en contraste con el bronceado, son pura sensación. 5. Complementos. Bolso mini o maxi, sandalias de estilo italiano, botas étnicas e incluso tacón. 6. Make up. Aunque ligero y sensual, es un must, perfectamente combinado con el bañador o el dos piezas lanzado por Louis Reard: el bikini. Una prenda de la que este año se cumplen 70 de su invención y que, como retrató el fotógrafo Oriol Maspons en una de sus fotos más icónicas, fue lucida por primera vez en las playas de Ibiza en el año 1953 por una modelo llamada Monique Koller. La imagen, que muestra a una joven dispuesta a darse un baño en la playa de Sant Antoni, está considerada el primer testimonio del uso del bikini en España.
Siempre a la vanguardia, la moda marca el ritmo en las playas y los beach clubs de Ibiza y Formentera, dotados por lo general de irrestibles boutiques donde se podrá encontrar todo lo necesario para un perfecto y trendy beach club look.
Moda y beach clubs forman en Ibiza un tándem perfecto.