Ibiza tiene un extensión costera de 210 kilómetros, Buena parte de ella esta bañada por una fina arena de color dorado que gracias a la posidonia es fácil de divisar y palpar, no solo en playas y calas, sino también en algunas partes de la costa desde un barco o al zambullirse en el cristalino mar.
Desayunar, comer cenar, tomarse un zumo, copa o cocktail escuchando el susurro del mar o música en una cómoda hamaca es uno de los placeres más relajantes de unas vacaciones.
Ibiza y Formentera tienen todos los ingredientes para que esta forma natural de disfrutar del asueto sea exclusiva y extraordinaria por la belleza de sus costas y un mar espectacular, tranquilo y limpio.
Si a eso le añadimos una oferta gastronómica de primer orden con servicios náuticos, confort y lujo, las Pitiüses se convierten en paraísos soñados para ciudadanos de todo el mundo. A la belleza de las calas, playas y parajes ha contribuido la facilidad de contar con lugares con todos los servicios para un mayor disfrute del tiempo libre.
El boom de la gastronomía en las islas y el incremento del turismo de lujo ha creado una nueva demanda
La extensión de la arena ha experimentado unos importantes cambios en la última década con la expansión del fenómeno beach club, la ampliación y modernización de los chiringuitos de playa clásicos, la creación de restaurantes de lujo a pie de mar y la remodelación de buena parte de la oferta hotelera en ciertas zonas donde prodigan los beach clubs como Plajta den Bossa y Talamanca y la costa de Santa Eulària, entre otros.
El boom de la gastronomía
El boom de la cocina en Ibiza en los últimos años y el aumento del turismo de lujo de forma sorprendente ha creado una demanda de confort y servicios en la arena a la que han dado respuesta los beach clubs y los modernos chiringuitos de playa. Los hoteles se han sumado también a esta nueva forma del negocio del lujo ofreciendo a sus clientes, turistas y residentes nuevas ideas e instalaciones para disfrutar de la gastronomía, coctelería, la música y la fiesta al aire libre bajo el sol y las estrellas.
El valor de la arena
Las zonas que más han evolucionado son Platja den Bossa y la costa sur de Santa Eulària
La apreciada arena se ha disparado y sobre ella ha florecido un espectacular negocio de ocio diurno y nocturno que genera cifras mareantes cada verano. La incorporación de capital extranjero en muchos casos ha transformado los lugares y la posesión de los metros cuadrados de arena convirtiéndola en el oro dorado de las Pitiüses.
Son cada vez más los beach clubs, chiringuitos y restaurantes regentados por ciudadanos europeos o de otras nacionalidades. Firmas de renombre y prestigio en otros destinos de playa europeos han montado sus franquicias en las islas y buscan expandir sus negocios sobre la arena pitiusa. Esta presión del capital extranjero está haciendo desparecer a negocios familiares tradicionales para implantar nuevos sistemas y proyectos de ocio.
La singularidad gastronómica
Algunos mantienen en cierta parte la singularidad de la gastronomía local, otros imponen un nuevo estilo de cocina y ocio que puede alterar la singularidad de la rica gastronomía local a medio plazo. Es importante cuidar que este factor singular de cocina mediterránea y pitiusa se mantenga en esta nueva oferta para no perder el atractivo turístico y diferenciador que se ofrece a todos tipo de público.
Nuevas zonas y beach clubs
La zona que más ha crecido en los últimos años y mantienen su ritmo es Platja den Bossa, la costa de Santa Eulària también esta salpicada de nuevos beach clubs y restaurantes playeros de hoteles, franquicias internacionales y beach clubs de nuevo cuño. Talamanca le sigue con nuevos establecimientos, franquicias y renovados chiringuitos a pie de mar, además de lujosos hoteles en construcción. La costa de Sant Josep es la más codiciada en estos momentos por los inversores de la arena que buscan buenas localizaciones sobre el terreno para instalar sus lujosos proyectos.
Habrá que empezar a embotellar y comercializar la arena… como el aire de Ibiza en lata.