La puesta de sol disfrutada desde la vertiente sur de la isla de Formentera es, simplemente, espectacular. Pero esa no es la única razón para perderse por la extensa playa de Migjorn, como bien saben los locales y los turistas que deciden pasar una jornada de relax, descanso y calma dejándose mimar por el personal del Pirata Bus.
Abierto desde las diez de la mañana y hasta el anochecer, este carismático chiringuito conserva la esencia de la Formentera que atrae a tantos viajeros: un agradable lugar donde tomar unas ricas tapas y un trago bien frío mientras se charla sin prisa con los amigos sobre lo humano y lo divino.
Aquí no hay lugar para el postureo, la música estridente ni el estrés, porque la autenticidad es un bien en declive pero en este chiringuito tienen de sobra.
Para los que buscan escapar de las masas y disfrutar de la Formentera más auténtica, no hay otro lugar mejor que el Pirata Bus.