Productor musical. El alemán es uno de los iconos de la música electrónica contemporánea. Dueño y fundador del sello Suol, ya dejó hace tiempo de ser el hermano pequeño de Paul Kalkbrenner para pasar a ser un artista con una identidad y estilo de lo más único. Fritz es ‘soul’, ‘funk’ o cualquier estilo que pueda mezclar con una base de tintes electrónicos. Periodista músical en sus inicios, este berlinés de sonido sensual no se esconde para opinar sobre su ciudad natal, la escena nocturna de Ibiza o su futuro más próximo.
Fritz Kalkbrenner es ya un nombre clásico en Ibiza. Asiduo a clubes como Amnesia o Space, es en este último donde esta temporada visitará Onyx nada más y nada menos que cuatro fechas. Diario de Ibiza le entrevista minutos antes de su primera actuación y pudimos encontrar a un artista maduro y confiado a la hora de hablar de su carrera.
—Onyx es una sesión Techno y tienes cuatro fechas…
—¡Sí! De hecho soy el blandito.
—¿Podemos esperar sets más oscuros de Fritz Kalkbrenner?
—Lo he intentado, desde luego. También he incorporado algunas cosas nuevas que he probado recientemente. Si tuviera que desgranar la sesión, diría que incorpora más temas puramente instrumentales y menos voces. Cuando hago live shows en Alemania o Francia, con voz en directo, un escenario con un gran set-up y demás, lógicamente las voces tienen mucha importancia. Si, voy a darle una oportunidad.
—Es un fijo ya en la escena de Ibiza en los últimos años. ¿Como ve los cambios que se están experimentando aquí?
—Desde el punto de vista de público que viene a la isla, a mí me parece que cada vez se va ampliando más y más. Me refiero a que ha habido diferentes niveles en el público que atrae la isla, desde los hippies ingleses de los años 80 a los influencers actuales, gente con más ingresos, y gente normal que sólo quiere divertirse lo que creo que hace que cada vez sea más abierto y variado. Esto por ejemplo lo veo en Ushuaïa en la sesión de día, que cada vez está más centrada en el EDM.
—¿Qué piensa del fenómeno del EDM?
—Si es para que la gente se divierta y se lo pase bien, yo lo respeto. No tengo intención de venir a criticar a nadie y ese no es mi trabajo, pues creo que la gente puede disfrutar de la noche y de la música de muchas maneras. No soy un hater. Personalmente, me gustaría una mayor diversidad en la música de la isla. Creo que toda tiene derecho a existir y un nicho al que dirigirse. No me gustaría que se convirtiera en un estilo que tomara todos los lugares y avasallara… Eso no estaría bien, no sería cool. Tiene que haber Chicago House, y por otra parte Dark Techno, quizás también Dubstep para el público inglés. Mantener la escena colorida y con mucha variedad. Si tuviera que pedir un deseo, creo que sería ese.
—¿Conoce los rincones ocultos de la isla¿ ¿ La zona norte?
—¿El norte? ¿Sant Antoni?
—No, no Sant Antoni. Sant Antoni es el oeste, el norte…
—Pues la verdad es que no lo conozco tanto. Sobre la gastronomía…. ¡Sí la conozco! Yo soy el tío de la sartén cocinando pimientos de padrón.
—Pero los pimientos de padrón son más de otras partes de España…
—¿Ah si? ¡Ah! De los peninsulares…. Qué horror (risas).
—¿Recuerda su mejor actuación en Ibiza?
—Cuando toqué en Space, en Revolution con Carl Cox. Fue muy intenso, muy fuerte. Me lo pase muy bien.
—¿Y en su carrera?
—Es una pregunta difícil y algo injusta pues siempre son diferentes. Toqué hace unos seis años en Sidney en una lavandería china llamada The Club. Tienen la pista de baile en una zona que llaman «la cueva». Era verano en Australia, lo que significa como casi 50 grados durante el día y 40 grados de noche. La capacidad del local eran 250 pero en la sala debería de haber como unos 350 con aproximadamente 60 grados en el local y el sudor cayendo por todos lado, incluso chorreando por las paredes. Florian, mi manager, tuvo que cortar una toalla en medio del show para hacer una especie de muñequeras para que todo el sudor no me cayeran a la mesa y la estropeara. ¡Fue increíble!
—¿Qué escucha en casa?
—Pues intento rescatar música antigua que no conozco… Proud rock de los 70 que estoy escuchando ahora por motivos académicos como productor. He escuchado mucho jazz, hip-hop instrumental soso de Virginia llamado Butcher Brown que es realmente increíble y muy recomendable para todo el mundo.
Y por supuesto los sospechosos habituales como Marvin Gaye. No te puedes equivocar con estos tíos.
—¿Y nada de electrónica?
—¡No mucha! Realmente la hago yo mismo y quizás sería demasiado. Ya escucho mucha música electrónica cuando produzco, 10 horas en el estudio es casi suficiente de esta música. Creo que no es tan raro que muchos productores quieran desconectar de este tipo de música.
—Después de tres álbumes. ¿Para cuándo el siguiente?
—¡Estoy trabajando! No soy un vago. Quizás este año pero no ha llegado un momento en el que diga «quiero que sea en esta fecha». No podría decir. Estoy trabajando, con muchas ganas y desde luego va a pasar, pero no sabría decir cuando.
«Personalmente, me gustaría una mayor diversidad en la música de la isla»
—Cientos de bolos en los últimos años, tres álbumes… ¿Está cansado?
—Pues hasta el día de hoy, la verdad es que ha funcionado muy bien. Si saliera un próximo disco, sería el cuarto, con todo lo que ello conlleva y la verdad es que hasta ahora ha funcionado muy bien. He sido capaz de hacerlo, de gestionarlo y producirlo, mientras que he hecho bastantes shows al mismo tiempo, por lo que creo que se me ha dado bien compaginar ambas cosas.
—Su ultimo single, ‘Let Go’, es puro Soul. ¿Está cansado de componer música de baile?
—¡Viene con la edad! No me canso para nada de hacer música de club, pero creo que es un tema de hacerse mayor y tener más ganas de hacer música relajada.
— Y si hablamos de su ciudad natal. ¿Cómo está cambiando Berlín?
—La escena evoluciona. Por ejemplo en tamaño está creciendo en proporciones enormes. Es algo bonito pero también se hace raro que ya no ves casi a personas locales. Cada vez viene más gente y los que empezaron en la escena cada vez son más mayores. Es más internacional y más profesional, pero a veces echo de menos un poco de anarquía. Aunque han abierto algunos locales nuevos como Sisyphos que quieren darle una vuelta al concepto de los clubs más establecidos como Berghain o Watergate. Estos clubs tienen que darle una vuelta al tipo de sitio que quieren ser para no acabar como una mera atracción turística y mantener el equilibrio. No es la esencia del concepto y de lo que deberían ser, es una tentación por la cantidad de dinero que generan, y es costoso mantener el equilibro cuando se genera mucho dinero y decir: «No abrimos 7 días a la semana y lo mantenemos sólo el fin de semana como siempre».