La música de los ochentas revivió a los muertos vivientes que se acercaron a Vilaparc Bowling. Los cuatro djs revividos para la ocasión buscaron en sus repertorios más terroríficos para que nadie quisiera volver a su tumba. Oscar ‘Akelarre’, Tin Bonet, Capa y Tito Marí se empeñaron en que toda la noche los asistentes no pararan de mover el esqueleto. Oscar y Tin hacia tanto tiempo que no pinchaban que tuvieron que limpiar las telarañas de sus vinilos para que pudieran sonar de nuevo.
La fiesta tuvo tanto éxito que repetirán el próximo año, pero lo mejor, es que la música de los 80 ha resucitado para quedarse y de vez en cuando los vinilos volverán a sonar en Vilaparc.
La conocida bolera se engalanó para la ocasión y las telas de araña apenas dejaban que las bolas se deslizaran por sus carriles. Casi todo el mundo fue disfrazado y quien no iba ataviado para la ocasión, no se libró de la caracterización que le hizo un maquillador experto en pintar seres de ultratumba.