Herman es un promotor musical muy conocido en Ibiza, donde desarrolló parte de su carrera profesional hasta que llegó la pandemia y el sector del ocio nocturno de la isla tuvo que cerrar, dejando sin trabajo a miles de personas, como el propio Herman. El también dj trabajó con el sello discográfico Defected y lanzó la fiesta Glitterbox en Ibiza como director creativo, que se internacionalizaría gracias al éxito que adquirió. También fundó las noches de Pooldisco en Ibiza.
Según apunta el diario Jewish Chronicle, Mark fue detenido pocos minutos después de que los servicios de emergencia intentaran reanimar a su madre, con quien vivía, que se encontraba en la bañera con claros síntomas de estrangulamiento. En el vídeo insertado bajo estas líneas se aprecia el momento de la detención y su aspecto desaliñado.
El productor estuvo inicialmente recluido, a la espera de juicio, en la prisión de Pentonville, en el norte de Londres. El 16 de junio, fue trasladado al Centro John Howard, un centro de salud mental, ante la preocupación de su entorno tras haber expresado ideas suicidas. En este centro se quitó la vida el pasado 1 de julio.
Se autoinculpó
El 9 de abril, día de la muerte de su madre, tal y como se explicó en la audiencia preliminar y publica Jewish News, Herman llamó al 999 a las 10.51 horas para denunciar un asesinato y asegurando que acababa de ahogar a su madre. La autopsia determinó que la mujer murió por una fuerte compresión en el cuello.
Algunos vecinos de la familia Herman explican que el acusado había estado luchando contra una severa depresión desde que se separó de su pareja y la posterior pandemia le dejó sin trabajo, por ello se mudó con su madre en 2020 tras regresar de una estancia en Asia Oriental.
Al parecer, el confinamiento afectó aún más a su estado y el Jewish Chronicle asegura que antes de asesinar a su madre intentó suicidarse, sin conseguirlo, y que cuando llegó la Policía a su vivienda salió de ella con las manos en alto y no opuso ninguna resistencia a su detención. «En el confinamiento empezó a tener un aspecto muy descuidado, se dejó crecer el pelo, perdió mucho peso y parecía un vagabundo», explica un testigo al Jewish News, y añadió: «Ya se había intentado suicidar en otra ocasión y tuvo que ser ingresado en el hospital».
Mark Herman había sido adicto a las drogas, pero cuando superó su enfermedad trabajó en centros de rehabilitación de drogas y alcohol en Tailandia, e incluso desarrolló el Resort 12, conocido como el primer centro de rehabilitación residencial de primera calidad del mundo dedicado a clientes LGBT+.