Juan Suárez / Platja d’en Bossa
Tras siete años alejados de la escena musical internacional como trío de dj’s de éxito, debido a problemas de management y con su sello discográfico, el coming back de los tres héroes suecos del house, Swedish House Mafia, se antojaba como una necesidad para la música de baile.
El retorno a los escenarios de Ibiza de uno de los grupos más populares y con más tirón de este siglo no decepcionó en ningún minuto y superó las expectativas de su fans y los miles de seguidores que acudieron a su único concierto en la isla, en Ushuaïa Ibiza Beach Hotel.
Trío de ases suecos
Axwell, Sebastian Ingrosso y Steve Angello se han situado un listón más alto que el resto de los dj del momento gracias a un nuevo concepto de entretenimiento que sitúa a estos gurús de la electrónica de baile en el campo de los grupos de pop-rock con un formato novedoso de concierto.
Tras siete años fuera
de los circuitos, S.H.M.
regresa con un nuevo concepto
de música y espectáculo
GLOBAL
Sin demasiada estridencia y con un marketing suave y bien milimetrado de publicidad y exposición mediática en redes e Internet, los SHM llenaron el aforo posible del hotel discoteca de Platja d’en Bossa en una noche épica cargada de nostalgia, revival y una interesante apuesta de futuro con música trance, más oscura y potente que en sus anteriores épocas, como si quisieran marcar una nueva dimensión en la saturada oferta de la música de vanguardia del momento.
El concierto planteó de entrada un formato y unos parámetros diferenciados y novedosos en cuanto a producción, con una original puesta en escena, obra del mago del entretenimiento Romain Pissenen, hermano del director artístico de Ushuaïa y Hi, Yann Pissenen. Comenzó a las 22.10 horas con una larga introducción de mensajes y luminotecnia sobre tres pantallas gigantes de leds blancas, ubicadas en el escenario para crear tensión y expectación en el ya entregado público, y arrancó con un set de deep trance que marcó su sello musical del futuro. Nuevos tiempos, nuevos ritmos, nueva concepción de la electrónica. Este arranque portentoso dejó claro cuál sería el ritmo de la esperada noche. Potentes luces blancas sobre el escenario y el público y pantallas por separado para cada uno de los tres componentes del trío SHM. Juntos musicalmente, pero no revueltos visualmente, e interactuando con el público con los típicos recursos de un concierto en toda regla.
110 minutos de éxitos y novedades
Los 110 minutos del espectacular show permitieron a Swedish House Mafia hacer un ejercicio musical de su presente, futuro y un revival final de sus grandes éxitos. A medida que la música recordaba sus momentos estelares en imágenes y sonidos, la luminotecnia adquiría color delirante con brillantes juegos de laser, espectaculares proyecciones, que iban desde clásicas imágenes de arte romano a un repaso de la vida escénica de los interpretes y efectos especiales al uso, hasta llegar al confeti final, los aros de fuegos artificiales y las limitadas perfomances.
Como en todo buen concierto, el trió interactuó con sus fans y seguidores desde el vip a los clubbers a pie de pista y logró hacerles formar parte de la mágica e irrepetible noche que proponían, con deliberadas pausas para delimitar los tipos de música de su trayectoria y marcar los tiempos del baile. Los clubbers de distintas edades se entregaron por completo en la traca de la media hora final cantando sus temas más populares.
espectacular puesta en escena con tres pantallas de leds, una para cada uno
El concierto concluyó antes de medianoche. Durante la actuación, los artistas fueron grabados en riguroso directo por tres cámaras de televisión de gran formato, una para cada uno del trío sueco, y los SHM se despidieron con ganas de más y dejando a los ocho mil asistentes con un gran sabor de boca, cubata, cerveza o champagnes, dependiendo de dónde se ubicase cada uno y su bolsillo. Corrió el champagnes con las bengalas de la notoriedad entre los propietarios de los jets privados, que inundaron el aeropuerto, cada vez más privado, de Ibiza, los grandes yates que amarran en la marinas de lujo, las furgonetas negras de las mansiones privadas y los hoteles de cinco estrellas.
Una noche estelar
La salida sosegada y alegre tras una noche estelar en Ushuaïa Ibiza Beach Hotel originó la consiguiente cola, que 50 metros más adelante pasó a engordar la otra cola de entrada en Hï Ibiza para disfrutar de la música de otro héroe del viernes: David Guetta. Los tres eventos musicales celebrados en Platja d’en Bossa esa misma noche: SHM en Ushuaïa, David Guetta en Hi y Children of the 80’s en Hard Rock Hotel Ibiza, reunieron a lo largo de la noche cerca de 20.000 personas, según estimaciones.
¿Está Ibiza en crisis de clubbing? Pasen y vean. Ya le gustaría a Mikonos y otros centros de ocio del Mediterráneo, que tratan de emular el éxito rotundo de Ibiza, esta cacareada ‘extraña’ temporada de verano.